Tánger: los jueves y otras lecturas
Tánger: los jueves y otras lecturas “Olía a ciudad vieja y bereber: suciedad, fruta podrida, sándalo, café recién molido…”, Eva . Arturo Pérez-Reverte. Hace poco tiempo, decidí volver a Tánger . Acaso, alejado ya del vapor de la praxis política, los pactos que surgieron tras el verano y de lo diferido que hay en los abrazos de nuestra España cainita que, como en un quiero y no puedo, hacen perpetuo este teatro. Pero, como ya sucediera la primera vez (un jueves, hace algo más de veinticinco años), regresé a Tánger con la misma sacudida de aventura que en la primera ocasión, cuando subido a bordo del Ibn Battuta cruzaba el Estrecho desde Algeciras. Ese brazo de mar tiene una musa que duele y como en todo viaje, siempre hay una mezcla de fascinación y melancolía . Allí, las aguas del Atlántico y el Mediterráneo se acarician; enredando con sus brazos a aquellos cuyas historias se ahogan en sus aguas. "Cruzan como barcos de papel /cual botellas de c