Entradas

NO ESPERES por Juan Pedro Iglesias García.

Imagen
NO ESPERES No esperes otro tiempo ahora toca vencerse al manto de las hojas al abrazo de los árboles al frío húmedo de los días a las caricias del otoño que templando el aire, dice adiós al Olimpo de las estaciones. No esperes a los que no están los que se han ido, pueblan tu memoria con imágenes que rompen su olvido haciéndote mirar atrás. No esperes nada desea a los demás en tus palabras un aliento una mirada un beso una sonrisa un abrazo. No esperes, desea que la belleza te colme que lea de tus labios cuánto despierta en tus anhelos entender a este mundo que se desmorona  entre palabras de papel. No esperes un tiempo nuevo en el espejo de tu alma, pues sonríen y lloran los días diciendo adiós a una estación, a un tiempo nuestro.

VUELVEN. por Juan Pedro Iglesias García.

Imagen
  VUELVEN Vuelven los prados a mi memoria entre moles de viejo granito por las blancas calles vuelven de un mar lejano las pisadas a la fina arena entre barcos que navegan sobre la libertad. Vuelven los juegos de mi infancia las viejas aventuras de piratas bajeles y corsarios también las niñas con falda que saltan sobre sus cuerdas largas.  Vuelven para marcharse otro día con el viento los besos y las caricias como también los silencios vuelven. Vuelven para recordarnos los espejos rotos   las miradas ausentes. Vuelven para hablarnos de lo que fuimos y ahora somos.

Zenda, Un año de libros

Imagen
Zenda, un año de libros Juan Pedro Iglesias García @jiglesiasgarci 07.04.2017 10:00 h.   Zenda, Un año de Libros   Hace un año que Arturo Pérez-Reverte nos dibujó un espacio, que en el imaginario de Zenda y rindiendo homenaje al género de la capa y espada con la novela de Anthony Hope , sería, como bien lo definió, “un territorio de libros, amigos y aventura”. Esa especie de “legión extranjera de libros y autores" como nos relató, ha fraguado un mundo literario de lo mejor del panorama nacional e internacional. Una apuesta para los amantes de la lectura que supone un verdadero referente en la Literatura universal.Ir a Zenda ha resultado ser la mejor de las aventuras ; permitiéndonos acudir como lectores a la serenidad de las palabras mediante la lectura. Un territorio en el que los sentim

VESNA

Imagen
VESNA  por Juan Pedro Iglesias García @jiglesiasgarci Ha pasado ya bastante tiempo desde que Vesna y yo nos conocimos. Lo que más tarde se interpuso entre nosotros, y también, lo que ninguno de los dos pudo ver, por estar oculto y ser desconocido, no lo deseábamos. Sólo atañe al reconocimiento, el tiempo de la amistad y del amor. En ocasiones, no imaginamos como de tristes pueden llegar a ser aquellos sucesos que no esperamos, mucho menos, que no queremos. Recuerdo como la guerra de Bosnia siguió ocupando durante mucho tiempo los telediarios y la prensa. Fueron tiempos remotos para la paz y el amor. Al otro lado, en la Europa del este, se libraba la mayor de las infamias. El odio y la crueldad se retroalimentaban con la sangre y las bombas. En contra de lo que les ocurría a otros, a mí me resultaba imposible mirar para el otro lado. Ser insensible me convertía en cómplice y mis sentimientos no lo soportaban. Recuerdo que llegué a conocer compañeros de mi entorno a los qu

Si no los quieres, no los tires: regálalos

Imagen
http://www.elespanol.com/blog_del_suscriptor/opinion/20170816/239546047_7.html De vez en cuando oigo a algunas personas de mi entorno que me dicen que me estoy haciendo mayor . Quizá estén en lo cierto, ellas también van creciendo en años y yo lo veo. Por eso, en mi caso, cada vez necesito menos cosas. Innecesarias a fin de cuentas. Hablamos de materiales cuando menos prescindibles. Antes, cuando abría el armario de las tazas del desayuno, veía la cantidad ingente de tazas que nos gustaba tener allí. Ahora, cuando lo abro, muchos días pienso que todo es demasiado, que sólo voy a utilizar una para el desayuno. La medida de las cosas está en saber qué es lo verdaderamente necesario para nuestras vidas . Reconozco que nunca fui uno de esos consumidores compulsivos, huyo como gato del agua. Aprendí, también me lo enseñaron, que para vivir cómodamente has de meter en tu mochila lo justo y necesario. Valores, más que cosas. A lo largo de nuestra vida vamos almacen

LOS BARCOS REGRESAN MAÑANA

Imagen
  LOS BARCOS REGRESAN MAÑANA Al otro lado de los ventanales la oscuridad de la noche todavía estaba presente. El viento parecía haberse calmado un poco. A lo lejos, la negrura del mar se confundía con el cielo, y la silueta del horizonte había desaparecido. Tan solo algunas pequeñas luces, alejadas de la costa, centelleaban débilmente; como a punto de apagarse. Como otras tantas veces en los últimos años, Marie se había asomado a la puerta de la cocina aquella madrugada. ― ¿Cuánto tiempo estaréis fuera esta vez? ―preguntó―. ― Tal vez, veinte o treinta días ―dijo Frank, su marido―. La pesca en el Norte es ahora intensa y hay que aprovechar, ya conoces. ― Estate tranquila mamá―respondió su hijo David―, que ultimaba con el padre las últimas cosas que meter en el petate. No es la primera vez que salimos a faenar tantos días. ― Lo sé ―respondió Marie―. Ven aquí, dame un beso y un abrazo. Se despidieron en el umbral de la puerta de casa. No salgas ―le dijo Frank―, la noch

ROBINSON

Imagen
ROBINSON ‘ Me llamo Adam Carter, soy de Hope Cove, al sur de Thurlestone, Inglaterra. Mi padre y mi abuelo, eran marinos, como mi bisabuelo y su padre, mi tatarabuelo… ’ Así comenzaba una novela que leí hace poco. Su novel escritor, se llamaba John Porter. Eso me hizo recordar que en cierta ocasión, mi abuelo me contó que a un amigo suyo, llamado Gerard y a su hijo Jean, se los tragó un temporal y acabó con sus vidas. Hay historias que jamás se separan de uno toda vez que las ha conocido o vivido, también en cierta forma, pero no ya del todo como propias, cuando uno las ha oído o se las han contado otros. Siempre, las que uno ha vivido, esas, te acompañan y el tiempo, a veces, las va modulando, como lo hace el mar con los acantilados, hasta forjarlas más difusas, quizá veladas, tal vez incluso, para borrarlas temporalmente. Sin embargo, las otras, las que han sido contadas u oídas, esas, permanecen inalterables tal y como te las contaron o las oíste. Como si ese m